
En "Entender el Cómic", el viejo Scottie propone el siguiente ejercicio: dibujar una serie de curvas irregulares y azarosas siempre cerradas y, a posteriori, añadirle a cada una de ellas un pequeño círculo con un punto en su centro (un ojo clásico y básico), aunque yo quería probar alguna cosa y no fui tan literal. Basta ese simple gesto para conseguir lo que el selebro humano enseguida percibirá como un montón de personajes de lo más underground. "¡Pero si ese ejercicio es una parida!" diréis. Y yo no sabré qué contestar, como el profeta Manolo.